¿Qué le sucede a mi cuerpo si abuso de los antibióticos?
La resistencia bacteriana o resistencia a los antibióticos sucede cuando las bacterias, virus, hongos o parásitos se hacen resistentes a los medicamentos que se emplean en el tratamiento de una infección.
De hecho, el uso indiscriminado de antibióticos y la automedicación son de las principales causas que provocan la resistencia bacteriana a medicamentos empleados para una infección por virus, hongos, bacterias o parásitos.
Así lo explicó el doctor Antonio Luévanos, presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, quien consideró que cerca de 50 por ciento de los antibióticos no deberían prescribirse debido a que muchas de las infecciones son de tipo viral y no causadas por bacterias.
Consideró además que este es un tema muy importante debido a que la resistencia bacteriana afecta principalmente a niños y niñas de entre uno y cuatro años de edad, de ahí la relevancia que tiene la infectología pediátrica y generar conciencia sobre la correcta prescripción de medicamentos.
El doctor Luévanos dijo que otra de las causas de la resistencia bacteriana es la relacionada con la atención médica, debido a que las bacterias en los hospitales mutan rápidamente y los pacientes con bajas defensas son susceptibles a adquirir infecciones.
Antibióticos
La resistencia bacteriana puede ocurrir cuando las bacterias que se encuentran de manera natural en el cuerpo desarrollan mecanismos de defensa contra los medicamentos y ante cualquier caso de infección, por común que esta sea, son usados indiscriminademente generando cierta resistencia.
Consideró que “se necesita la colaboración de todos para ganar la batalla contra las bacterias, desde acciones como el lavado de manos; tenemos que dar un adecuado seguimiento de las infecciones resistentes en los hospitales y mejorar el uso antimicrobiano, así como el desarrollo de fármacos y pruebas de diagnóstico mejoradas”.
Recordó que si bien el médico debe seleccionar el tratamiento adecuado para cada paciente, es responsabilidad de padres y familiares vigilar que el paciente cumpla y termine al pie de la letra su esquema de tratamiento para evitar en un futuro una resistencia bacteriana.