ESTOY PREOCUPADO POR MI MEMORIA.
Debido a que la pérdida de memoria puede ser un síntoma de muchos otros problemas médicos, es importante identificar la causa y comenzar el tratamiento lo antes posible.
Antes de consultar a un médico de cabecera o especialista, es importante identificar lo siguiente:
- Los principales cambios que notas respecto a tu memoria (en los últimos 3 meses). ¿Qué tipo de cosas se le han vuelto difíciles de olvidar?
- Cuándo o en qué horarios o actividades es más notoria esta pérdida de memoria (Al cocinar, al ir de compras, al salir de casa, después de tomar algún medicamento, al sentirte triste o con estrés, por las mañanas o por las tardes, etc).
- La frecuencia con la que aparecen estos olvidos (en lo últimos 3 meses).
- La manifestación de pérdida de memoria ha sido poco a poco o de repente.
- Si cuentas con antecedentes familiares respecto a algún tipo de demencia.
- Padecimiento actual respecto a alguna patología (hipertensión arterial, diabetes, Parkinson, infección de vías urinarias, EPOC, etc).
- Si presentó algún golpe en la cabeza o perdió la consciencia después de haber sufrido algún accidente o caída (en los últimos 3 meses).
Después de lo anterior; comience acudiendo a una consulta con su médico de cabecera, y comente sus principales afecciones que detecta en su memoria.
Una vez que acuda con su médico o gerontólogo de cabecera, éste comenzará a realizar las pruebas necesarias para un diagnóstico y abordaje oportuno y de calidad.
Algunas de estas pruebas y herramientas son:
- Entrevista
- Examen físico
- Inspección de sus medicamentos (con o sin receta previa).
- Monitoreo de signos vitales y posibles signos de alarma.
- Estudios de laboratorio, rayos X, tomografías
- Pruebas neuropsicológicas.
- Monitoreo de patologías actuales.
Finalmente para llegar a un diagnóstico claro, el médico puede necesitar realizar el seguimiento de los síntomas durante varios meses, por lo que puede pedir a usted, a su pareja, familiar o cuidador el registro de estos síntomas.
Introduzca sencillos cambios en su estilo de vida para fortalecer su memoria, como el ejercicio regular y una dieta saludable.
Por: Jazmín Camacho Hernández.
Licenciada en Gerontología.
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