sábado, abril 27, 2024
Alimentación

La salud es un asunto de toda la vida, dieta saludable debe establecerse temprano en la vida

La ingesta reducida de alimentos ayuda a los animales y a los humanos a mejorar la salud en la vejez y puede prolongar la vida. Pero, ¿Cuál es el momento para cambiar la dieta y lograr este beneficio en la edad adulta mayor?.

Los científicos del Instituto Max Planck de Biología del Envejecimiento, el Grupo de Excelencia para la Investigación del Envejecimiento de la Universidad de Colonia, el Instituto Babraham en Cambridge y UCL han demostrado que los ratones solo se vuelven más saludables si comienzan a reducir su consumo de alimentos antes de la edad de envejecimiento. Los científicos concluyen que el comportamiento saludable debe establecerse temprano en la vida para mejorar la salud en la vejez y extender la vida.

¿Cómo podemos mantenernos en forma y saludables en la vejez durante el mayor tiempo posible?. Los investigadores del envejecimiento tienen una respuesta simple: comer menos y de manera saludable. Pero, ¿Cuándo debe comenzar? y ¿es suficiente si solo logra hacer esto por un breve tiempo?.

Para responder a esto, los investigadores dirigidos por Linda Partridge, Directora del Instituto Max Planck de Biología del Envejecimiento, realizaron un estudio con animales, pusieron a dieta a ratones jóvenes y viejos, con diversos grados de éxito. Los resultados se presentan en el artículo «A nutritional memory effect counteracts the benefits of dietary restriction in old mice«; (Un efecto de memoria nutricional contrarresta los beneficios de la restricción dietética en ratones viejos) publicada en Nature.

Consumo reducido de alimentos en la vejez no tiene ningún efecto beneficioso

Los ratones viven más y son más saludables en la vejez si se les da un 40% menos para comer después de llegar a la edad adulta que los animales a los que se les permite comer todo lo que quieran. Los ratones a dieta se alimentan con alimentos enriquecidos con vitaminas y minerales para prevenir la desnutrición.

Pero si la ingesta de alimentos se reduce por primera vez en los ratones, y comienzan a ingerir menos alimentos cuando ya son adultos mayores, los investigadores observan poco o ningún efecto en la esperanza de vida de los ratones. Por otro lado, cuando a los ratones se les permite comer todo lo que quieran después de un período de ingesta reducida de alimentos, no tienen protección a largo plazo. Se debe mantener una ingesta reducida de alimentos para que los ratones obtengan los beneficios. Es decir, la ingesta reducida de alimentos debe implementarse temprano en la vida y mantenerse hasta el final de sus vidas para tener efectos positivos en la salud en la edad adulta mayor.

«Uno debe establecer comportamientos saludables temprano en la vida. Puede que no sea tan bueno para su salud cambiar su dieta más adelante en la vida. La salud en la vejez es un asunto de toda la vida«, explica Linda Partridge del Instituto Max Planck para la Biología del Envejecimiento y UCL.

Efecto de memoria en el tejido graso

Pero, ¿por qué los ratones mayores ya no reaccionan al cambio en la dieta?. Oliver Hahn, primer autor del estudio y estudiante de doctorado en el departamento de Partridge, investigó la actividad genética en diferentes órganos.

Si bien la actividad genética en el hígado se adaptó rápidamente cuando los ratones se transfirieron a una dieta restringida, los científicos observaron un «efecto de memoria» en el tejido adiposo de los animales más viejos. Aunque los ratones pierden peso, la actividad de los genes en el tejido adiposo es similar a la de los ratones que continúan comiendo tanto como quieren. Además, la composición de grasa en ratones viejos no cambia tanto como en ratones jóvenes.

Este efecto de memoria afecta principalmente a las mitocondrias, las fuentes de poder de las células, que juegan un importante papel en el proceso de envejecimiento. Por lo general, la ingesta reducida de alimentos conduce a una mayor formación de mitocondrias en el tejido graso. Pero el estudio mostró que este ya no es el caso cuando los ratones más viejos cambian a una dieta baja en calorías. Esta incapacidad para cambiar a nivel genético y metabólico puede contribuir a acortar la vida de estos animales.

Michael Wakelam, co-autor para correspondencia y Director del Instituto Babraham comentó «El poder experimental de integrar datos sobre el metabolismo de los lípidos y las vías metabólicas con la comprensión específica del tejido de la expresión génica en ratones de diferentes edades y dietas nos ha permitido demostrar claramente importancia de una memoria nutricional para contribuir al envejecimiento saludable«.