La salud mental del cuidador: el pilar invisible del cuidado geriátrico
Ser cuidador de una persona mayor no es solo una responsabilidad, es una labor llena de amor y compromiso. Pero,
¿alguna vez te has detenido a pensar en el impacto que tiene tu propia salud mental en los cuidados que brindas?
Muchos cuidadores atraviesan un desgaste emocional tan grande que, sin darse cuenta, comienzan a cometer errores que pueden poner en riesgo no solo su bienestar, sino también la seguridad y la calidad de vida de la persona a la que cuidan. Un cuidador con altos niveles de estrés, ansiedad o fatiga emocional puede llegar a desarrollar actitudes de indiferencia, impaciencia e incluso maltrato involuntario. ¡Es una realidad que no podemos ignorar!
Sabemos que no todos los cuidadores tienen una formación académica en salud o geriatría, pero eso no significa que no puedan aprender a manejar mejor su bienestar emocional para garantizar un cuidado de calidad.

Señales de alerta: ¡Cuidado, tu salud mental puede estar en riesgo!
Si sientes que tu paciencia se ha reducido, que vives en un estado constante de agotamiento o que las emociones negativas te controlan, es momento de hacer un alto y reflexionar. Aquí algunas señales clave de que tu salud mental necesita atención inmediata:
- Agotamiento extremo: Duermes, pero el cansancio nunca desaparece.
- Irritabilidad constante: Reacciones desproporcionadas ante pequeñas situaciones.
- Aislamiento social: Prefieres evitar cualquier interacción con otros.
- Dificultad para concentrarte: Se te olvidan cosas importantes o te cuesta tomar decisiones.
- Sentimiento de culpa: Crees que nunca haces lo suficiente, aunque des tu 100%.
Si te identificas con más de una de estas señales, es momento de tomar acción antes de que esto afecte tu desempeño como cuidador.
Cuidarte a ti mismo también es cuidar a la persona mayor
No es un secreto: cuando un cuidador no está bien emocionalmente, la calidad de los cuidados disminuye. Las tensiones acumuladas pueden hacer que reacciones de manera brusca, que pierdas la paciencia o incluso que llegues a descuidar detalles cruciales en la atención.
Un cuidador que no atiende su salud mental tiene mayor riesgo de cometer negligencias cómo olvidar una toma de medicamentos, descuidar la higiene de la persona mayor o, en casos extremos, incurrir en un trato hostil o desconsiderado. ¡Pero esto no es porque seas una mala persona! Es porque el desgaste emocional no tratado termina pasándote factura.
Si tu salud mental está en equilibrio, podrás brindar un cuidado con empatía, paciencia y atención plena, previniendo complicaciones y favoreciendo una mejor calidad de vida para ambas partes.
Estrategias para fortalecer tu salud mental

Terapia de reminiscencia conjunta
Participa en sesiones donde, junto con la persona que cuidas, compartan recuerdos y experiencias pasadas. Esto fortalece el vínculo y proporciona bienestar emocional a ambos.

Uso de tecnologías de relajación
Aplicaciones móviles con meditaciones guiadas, sonidos relajantes o ejercicios de respiración pueden ayudarte a reducir el estrés.

Grupos de apoyo en línea
Si no puedes asistir a reuniones presenciales, existen comunidades virtuales donde cuidadores comparten experiencias, consejos y apoyo mutuo.

Journaling o escritura terapéutica
Dedica unos minutos al día para escribir tus pensamientos y emociones. ¡Verás cómo ayuda a liberar tensiones!

Microdescansos conscientes
A lo largo del día, toma pausas de 2-3 minutos para cerrar los ojos, respirar profundamente y reconectar contigo mismo.

Cuida de tu alimentación
Los alimentos también influyen en la mente. Incluye frutos secos, frutos rojos y batidos energéticos en tu dieta. Lleva un pequeño lunch a tu trabajo.

Haz ejercicio
Aunque tu rutina de cuidador es demandante, realizar actividad física te ayudará a mejorar tu condición física y despejar tu mente.

Dejar de culpabilizarse
No puedes controlarlo todo. Hay situaciones que dependen de la respuesta del cuerpo del paciente al tratamiento, no de ti.

No te enganches con las emociones negativas de los pacientes
Algunos adultos mayores pueden rechazar el cuidado y reaccionar con enojo. ¡No lo tomes personal! Busca formas de conservar su autonomía y trabajar en equipo.

Acude al psicólogo
Hablar con un profesional puede marcar la diferencia. En pocas sesiones notarás los beneficios.
No estás solo: instituciones que te respaldan en México
- Instituto Nacional de Geriatría (INGER): Capacitaciones y recursos para cuidadores.
- INAPAM: Orientación sobre bienestar para adultos mayores y sus cuidadores.
- Centros de salud estatales: Muchos ofrecen programas de apoyo específico para cuidadores.
Ser cuidador es una labor invaluable, pero también requiere que te cuides a ti mismo. Priorizar tu salud mental no es un lujo, es una necesidad. ¡No esperes a que el agotamiento te desborde! Aplica estas estrategias, busca apoyo y recuerda que tu bienestar también importa.
Referencias:
- Instituto Nacional de Geriatría. (s.f.). Envejecimiento y atención a la dependencia en México. Recuperado de publications.iadb.org
- INAPAM. (s.f.). Salud mental en personas mayores. Recuperado de gob.mx
Mayo Clinic. (s.f.). Estrés de los cuidadores. Recuperado de mayoclinic.org