lunes, febrero 10, 2025
Aprendizaje y Vida Social

¿Qué es la abuelidad?

Cuando pensamos en los abuelos, nos vienen a la mente recuerdos entrañables: consejos sabios, manos cálidas y hasta anécdotas que parecen sacadas de un libro de historia. Pero ¿alguna vez te has preguntado qué implica realmente la abuelidad?

En México, celebramos el 28 de agosto como el Día del Abuelo, una fecha para honrar a quienes juegan este importante papel en nuestra cultura. Sin embargo, es importante aclarar: no todas las personas mayores son abuelos, ni todos los abuelos son adultos mayores.

Hablemos de este rol, de su impacto y de cómo podemos resignificarlo.

¿Cuándo comienza la abuelidad?

La abuelidad no tiene una edad fija. Puede iniciar en los 30’s, 40’s, 50’s o más, dependiendo de cuándo nuestros hijos decidan convertirse en padres.
Por lo tanto, ser abuelo no es un “símbolo de envejecimiento”, como suele pensarse, sino un cambio de estatus en la estructura familiar. Es más, no todos los abuelos viven su abuelidad de la misma forma: algunos son cuidadores activos, otros son figuras de apoyo emocional, y también están aquellos que participan desde la distancia.

 

Entonces, ¡Rompamos estereotipos!

En nuestra cultura mexicana, ser abuelo muchas veces viene cargado de ideas preconcebidas. El chal, las arrugas, el bastón o la imagen de una persona siempre disponible para cuidar nietos forman parte de un estereotipo que no siempre representa la realidad.

Por ejemplo:

  • La abuela “niñera”: Aunque muchos abuelos disfrutan cuidando a sus nietos, no es una obligación inherente al rol. Es importante respetar sus límites.
  • El abuelo “sabio”: No todos tienen respuestas para todo, y está bien. Ser abuelo no implica cargar con la responsabilidad de ser un mentor constante.
  • El abuelo “dependiente”: Muchas personas mayores son activas, independientes y tienen su propia vida fuera del rol de la abuelidad.

Lo que nadie te dice sobre ser abuelo

Aunque ser abuelo puede ser una experiencia enriquecedora, también tiene desafíos:

  • Expectativas irreales: Los hijos pueden asumir que los abuelos siempre estarán disponibles para cuidar a los nietos, lo que puede generar tensiones o incluso chantajes emocionales.
  • Adaptarse a nuevas generaciones: Los valores, la tecnología y las formas de crianza han cambiado. Esto puede ser un reto, pero también una oportunidad para aprender y conectar.
  • El balance emocional: Ser abuelo puede traer una mezcla de alegría y nostalgia. Ver crecer a los nietos puede recordarles el paso del tiempo, lo cual no siempre es fácil.

Sin duda, ser abuelo nos debe permitir crear conexiones significativas

Como ya lo vimos, la abuelidad no se trata solo de cuidar o enseñar, sino de crear vínculos profundos que trasciendan generaciones. Es decir, que nos permitan compartir, crear, explorar situaciones familiares que se convierten en hábitos o estilos de vida saludables y significativas. Que sumen a las personas o a la familia por completo. Algunas formas de lograrlo:

  • Escucha activa: A veces los nietos solo necesitan ser escuchados sin juicios ni consejos.
  • Compartir historias: Hablar de sus propias experiencias de vida crea un puente entre generaciones.
  • Aprender juntos: Desde un hobby hasta el manejo de la tecnología, aprender en conjunto puede fortalecer la relación.

Definitivamente, hablar de la abuelidad es reconocer su impacto y diversidad. No es una obligación, ni un rol que deba vivirse de una forma específica. Cada abuelo, abuela, nieto y nieta construye su propia historia. Lo importante es que esté basada en el respeto, el cariño y el entendimiento mutuo.

Porque ser abuelo no es solo un título, es una oportunidad de conexión, aprendizaje y amor compartido.

 

¿Y tú? ¿Cómo vives la abuelidad o cómo imaginas vivirla en el futuro? Comparte tus pensamientos en los comentarios. 😊

 

 

Elaborado por Jazmín Camacho | Gerontóloga