miércoles, mayo 1, 2024
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Contaminación del aire y su relación con se relaciona con síntomas de la rinitis

Un estudio encuenta que la congestión nasal; los estornudos; y otras molestias típicas de la rinitis son más graves para los habitantes de regiones con niveles elevados de partículas finas y NO2.

Los síntomas nasales de la rinitis son más graves en las personas expuestas a niveles de contaminación atmosférica elevados. Así lo concluye el estudio «Long-term air pollution exposure is associated with increased severity of rhinitis in 2 European cohorts» publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology y liderado por un equipo científico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

En el estudio se menciona que la rinitis, afecta a entre el 20 y el 50 % de la población mundial, y es un trastorno de la mucosa nasal que provoca:

  • congestión
  • estornudos
  • secreciones abundantes
  • irritación
  • y, en ocasiones, pérdida del olfato

Pese a su elevada prevalencia, se sabe poco de los factores de riesgo de esta enfermedad, incluida la contaminación atmosférica. «La rinitis está relacionada con el asma, una patología estrechamente ligada a la contaminación del aire«, comenta Bénédicte Jacquemin, líder del estudio e investigadora asociada a ISGlobal. «Por este motivo hemos creído oportuno comprobar si la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica también juega un papel determinante en la rinitis«.

Datos del estudio

El estudio ha analizado los datos de mil cuatro cientos ocho pacientes de rinitis pertenecientes a diecisiete ciudades europeas, entre las que se encuentran:

  • Barcelona
  • Oviedo
  • París (Francia)
  • Amberes (Bélgica)
  • Umea (Suecia)
  • Erfurt (Alemania)

Los participantes respondieron a un cuestionario respecto a la gravedad de cada uno de los síntomas de la rinitis, haciendo un balance diario de cómo interfieren estas molestias en sus actividades cotidianas. La información relativa a la contaminación atmosférica a la que está expuesto cada participante se obtuvo gracias a datos del proyecto European Study of Cohorts for Air Pollution Effects (ESCAPE), en el cual participó ISGlobal.

Las partículas en suspensión, las más nocivas

Las partículas en suspensión son cuerpos sólidos o líquidos presentes en la atmósfera y de un diámetro que puede variar desde micrómetros hasta milímetros. Son de especial interés aquellas con un diámetro inferior a dos punto cinco (PM2.5) y a diez micrómetros (PM10). Tal como muestra el estudio, las personas que habitan en ciudades con niveles más altos de PM10 y PM2.5 presentan los síntomas de la rinitis agravados. Concretamente, un aumento de cinco  μg/m3 de las PM2.5 se ha relacionado con un incremento de diecisiete porciento de padecer rinitis severa. De hecho, estas partículas se han asociado con una mayor congestión e irritación nasal, así como de los estornudos. La exposición a NO2, por su parte, aumenta la gravedad de la secreción nasal y la congestión.

Tanto las partículas en suspensión como el NO2 son contaminantes relacionados con el tráfico. «El papel de estos contaminantes en la gravedad de los síntomas está probablemente relacionado con procesos de estrés oxidativo, apoptosis (un proceso por el cual se eliminan las células que se encuentran dañadas de forma irreparable) e inflamación«, comenta Emilie Burte, primera autora de la publicación. «Nuestro estudio sugiere que las partículas en suspensión (PMs) tienen un efecto distinto de las emisiones gaseosas (NO2). Probablemente debido a las diferencias en sus mecanismos de acción, que dan lugar a respuestas inflamatorias del tracto respiratorio distintas. Aunque se requieren más estudios para validar esta hipótesis«.

«Este estudio aporta nuevos conocimientos sobre la rinitis, una enfermedad que, aunque no es mortal, supone un desafío importante para la salud pública y está vinculada a un deterioro en la vida cotidiana de quienes la sufren, así como a un costo muy elevado para los fondos públicos debido a los tratamientos, a la disminución de la productividad y al absentismo«, asegura Jacquemin.