Una buena visión es algo que apreciamos mucho y que lamentamos cuando la perdemos
Los ojos son los órganos que más nos ligan al mundo exterior, aunque no son órganos con los que nos comuniquemos directamente, a través de ellos obtenemos más información que por ningún otro. Una buena visión es algo que apreciamos mucho y que lamentamos cuando la perdemos.
Hay muchos padecimientos de los ojos que son un problema de salud en México, pero tres de los que más afectan a la población adulta mayor son la retinopatía diabética, glaucoma y catarata, de acuerdo con información del médico especializado en oftalmología, Raúl Macedo Cue.
La retinopatía diabética es de los que se presentan con mayor frecuencia. De hecho, es una de las principales causas de ceguera en nuestro país y en todo el mundo.
El glaucoma, por su parte, es una enfermedad que paulatinamente va dañando el nervio óptico hasta causar ceguera, afecta al 2 por ciento de la población mayor de 40 años. Y la catarata, es otra enfermedad muy frecuente, particularmente en las personas adultas mayores y causa número uno de ceguera curable en el mundo.
La única forma de prevenir estos y otros padecimientos de la visión es mediante las visitas periódicas al oftalmólogo, quien realizará una serie de exámenes, para establecer cómo se encuentra nuestra vista y la salud de los ojos. Sin embargo, en nuestro país no hemos desarrollado la cultura de la prevención y en el caso de los ojos, no es la excepción, comentó el doctor Macedo, ex presidente de la Sociedad Mexicana de Oftalmología.
Para cuidar la salud de la visión se requiere de buena higiene visual y anteojos perfectamente graduados.
Cuando nuestros anteojos no tienen la graduación adecuada se corre el riesgo de padecer astenopias que significa en pocas palabras fatiga visual, dolor de ojo, ardor, ojos rojos, sensación de resequedad, dolor en la frente, incluso dolor de cabeza. Según explicó el especialista, “cuando tenemos la vista fija en un objeto a corta distancia parpadeamos menos; esto produce resequedad ocular, sensación de cuerpo extraño y ojos rojos”.
El parpadeo es indispensable para tener lubricada la superficie ocular. Normalmente parpadeamos de 12 a 14 veces por minuto, detalló Macedo Cue, pero cuando fijamos nuestra atención en algo muy cercano como la computadora o la lectura, la frecuencia disminuye a la mitad. Este no es tiempo suficiente para que se mantenga lubricada la superficie del ojo y la lágrima empieza a evaporarse y lesionar superficie ocular.
En ese sentido, recomendó:
- No permanezca más de media hora ininterrumpida enfocando la mirada en pantallas de televisión, tabletas o computadoras.
- Aumente la frecuencia del parpadeo.
- Alterne los periodos de trabajo con periodos de descanso. Mire a lo lejos cada diez minutos durante 30 segundos.
Lo importante ante todo es vigilar que nuestros ojos estén sanos. Desafortunadamente hay personas que nunca se atienden, que no saben si su visión es buena, regular o muy por debajo de lo normal, por eso es ideal visitar al oftalmólogo una vez al año.