miércoles, junio 26, 2024
Alimentación

Consejos para la preparación y almacenamiento de alimentos seguros en la vejez

 ¡Es importante lo que comemos, pero también es súper importante como lo preparamos!

Hoy te contamos porque no solo importa lo que comemos; si no cómo preparamos y almacenamos nuestros alimentos porque es igualmente crucial. Garantizar la seguridad alimentaria puede ayudar a prevenir enfermedades transmitidas por alimentos, que pueden ser más graves en adultos mayores debido a los cambios en el sistema inmunológico. Aquí tienes algunos consejos esenciales para la preparación y almacenamiento de alimentos seguros para personas mayores.

La limpieza es fundamental

Lava las manos y las superficies: Siempre lávate las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes y después de manipular alimentos. Limpia regularmente las superficies de la cocina, las tablas de cortar y los utensilios para evitar la contaminación cruzada.

Enjuaga los productos: Enjuaga bien las frutas y verduras bajo agua corriente antes de comer, cortar o cocinar. Incluso si planeas pelar el producto, es importante lavarlo primero para evitar transferir suciedad y bacterias.

Separa para prevenir la contaminación cruzada

Usa tablas de cortar separadas: Utiliza diferentes tablas de cortar para carnes crudas y otros alimentos como frutas y verduras. Esto ayuda a prevenir la propagación de bacterias dañinas de la carne cruda a otros alimentos.

Almacena por separado: Mantén la carne cruda, aves y mariscos separados de otros alimentos en tu carrito de compras, bolsas de la compra y refrigerador.

Cocina a temperaturas seguras

Usa un termómetro de cocina: Asegúrate de que los alimentos se cocinen a una temperatura interna segura para matar las bacterias dañinas. Aquí tienes algunas guías de temperatura segura:

Aves (pollo, pavo): 74°C (165°F)

Carnes molidas (res, cerdo, cordero): 71°C (160°F)

Carne fresca de res, cerdo, cordero y ternera: 63°C (145°F) con un tiempo de reposo de 3 minutos

Recalienta los sobras adecuadamente: Las sobras deben recalentarse a al menos 74°C (165°F) para asegurarse de que sean seguras para comer.

Enfría rápida y adecuadamente

Refrigera pronto: Los alimentos perecederos deben refrigerarse dentro de las dos horas posteriores a la cocción o compra. En clima cálido (más de 32°C o 90°F), esto debe reducirse a una hora.

Mantén la temperatura del refrigerador: Mantén tu refrigerador a 4°C (40°F) o menos y tu congelador a -18°C (0°F) o menos. Usa un termómetro para electrodomésticos para verificar estas temperaturas regularmente.

Almacena las sobras de forma segura: Guarda las sobras en recipientes poco profundos para permitir un enfriamiento rápido y colócalos en el refrigerador o congelador de inmediato.

Práctica un almacenamiento seguro de los alimentos

Sigue las fechas de caducidad: Presta atención a las fechas de caducidad en los productos alimenticios y consúmalas antes de que expiren. Cuando tengas dudas, desecha el alimento.

Etiqueta y fecha las sobras: Etiqueta y fecha tus sobras y consúmalas dentro de tres a cuatro días. Esto ayuda a prevenir el consumo de alimentos en mal estado.

Congela para un almacenamiento prolongado: Si no planeas comer las sobras dentro de unos días, congélalas. Los alimentos congelados pueden almacenarse de manera segura durante períodos más largos.

Mantente informado y preparado

Mantén una cocina limpia: Limpia regularmente tu refrigerador, congelador y despensa para eliminar alimentos caducados o en mal estado.

 

Siguiendo estos consejos de seguridad alimentaria, durante tu vejez podrás disfrutar de tus comidas sin preocuparte por enfermedades transmitidas por alimentos. La preparación y el almacenamiento seguros de los alimentos son componentes esenciales para mantener una dieta saludable y garantizar el bienestar general en la vejez. Recuerda, cuando se trata de seguridad alimentaria, la limpieza y el manejo cuidadoso son tan importantes como el contenido nutricional.

 

“Que comer rico y sano siempre sea posible”

Elaborado por Estefanía Hernández | Nutrióloga