Se ha vuelto una tradición tomar agosto como el mes de las personas mayores, culminando con la fecha especial del 28 de agosto como el día del abuelo. Sin duda un día que implica uno de los roles mas importantes a nivel cultural en nuestra sociedad mexicana.

Lo que lo hace importante, es que no podríamos visualizar el desarrollo de los más jóvenes de nuestra familia sin la figura de los abuelos. Hablar de ello entonces implica más allá de una edad, si no de un estatus social y familiar que implica en muchos casos grandes responsabilidades. La gran pregunta entonces seria ¿existe una edad para el ser abuelo? Es decir…

Cuando empieza mi sentido de Abuelidad

Para la cultura mexicana es relacionado con la vejez, para otros relacionado con el primer cuidado de algún familiar pequeño, para nosotros los profesionales del envejecimiento el ser abuelos es un estatus que te puede llegar “según la variable -hijos- y a que edad ellos, se conviertan en padres” tu abuelidad entonces es asunto de los 30’s, 40’s, 50’s o mas y esto te permite ver que no es propio del envejecimiento y que no existe estereotipo tal que te convierta en abuelo.

Hablar del rol de la “abuelidad” en las personas mayores es una cosa compleja, no solo por el hecho de que culturalmente a todos se les quiere colocar en esta etiqueta de abuelos y abuelas y de ahí, se parte con otros estereotipos mas como el uso casi obligatorio del bastón, de la andadera, del chal, de la dentadura postiza y hasta de las arrugas.

Asumir dicha responsabilidad es dar un arma de doble filo porque puede convertirse en un chantaje emocional por parte de los hijos, o un cuestionamiento entre amabas figuras por dejar claro el peso jerárquico de los abuelos contra los padres. También se encuentra esa situación emocional donde los abuelos se favorecen de este intercambio generacional, donde les permiten mantener actividad y permanecer alertas.

Al final, hablar de abuelidad es reconocer que existe, derechos, obligaciones, situaciones positivas y negativas, y que dentro de este rol debemos siempre procurar que sea una parte de la vida en donde sintamos esa conexión y libertad de cuidar a nuestros nietos.