martes, abril 22, 2025
Salud

¿Cómo debe verse una persona a los 60, 70, 80 o más?

Hace unos días, en mi consulta gerontológica, una paciente de 70 años me comentaba que había salido el fin de semana a una reunión de amigas de la adolescencia.

Mientras la reunión transcurría, tanto ella como algunas de sus amigas consideraban que se veían muy mal para su edad, comparándose con otras de la misma edad que aparentaban verse mucho más jóvenes.

A lo que respondí: ¿Y cómo debería verse una persona a tu edad? Ella suspiró, y con una sonrisa en el rostro dijo: ¡es verdad!, pues como yo, como mi amiga, como todo mi grupo, todas tenemos 70, todas envejecemos de manera diferente.

Que no se te pase la vida enfocándote en lo que no tienes o en cómo no te ves

Y sí, aquí vamos una vez más: El envejecimiento no tiene una sola cara ni forma de manifestarse. Por lo que, en lugar de compararnos con otros, es importante reflexionar sobre nuestra individualidad y celebrar lo que hemos logrado. Compararnos constantemente con los demás puede robarnos la alegría del presente.

 

Más allá de la apariencia física

Por supuesto, que llegada la vejez como cualquier otra etapa de vida hay cambios físicos, quizá no siempre del agrado de todos, pero entendamos es consecuencia del paso del tiempo, de hábitos, del ambiente en el que nos desenvolvemos, genética, secuela de enfermedades y mil y un otros factores que podría enlistar, pero tampoco es sorpresa de nadie que estos cambios no aparecen por arte de magia, sino van surgiendo de manera gradual y en muchos casos son secuelas de décadas de vida.

Así que no, no existe una apariencia física ideal o única para cualquier rango de edad, la apariencia que tienes hoy, es la apariencia de una persona de tu edad, no hay más.

Eso sí, la percepción de la vejez no solo implica la apariencia física. A los 60, 70, 80 o más, seguimos siendo humanos, personas con pensamientos, sentimientos y capacidades. La vejez no es el fin de la creatividad, la ambición o el deseo de aprender y crecer. Al contrario, es una etapa en la que nuestras experiencias nos dan la sabiduría para enfrentar nuevos retos y alcanzar nuevas metas. Lo que para muchos de mis pacientes, les inyecta vitalidad.

Es esencial recordar que no siempre somos lo que queríamos o planeábamos ser, pero siempre podemos buscar la manera de cambiar. Tener agallas y ser aguerridos nos permite reinventarnos en cualquier etapa de la vida. Los estereotipos sobre la vejez no deben limitarnos; al contrario, debemos desafiarlos y demostrar que somos capaces de mucho más.

 

Aceptar y celebrar nuestra individualidad es el primer paso para envejecer con dignidad

Por lo tanto, la forma en que nos sentimos con nosotros mismos influye significativamente en nuestra percepción de la vejez. Practicar el autocuidado, mantener relaciones significativas y continuar aprendiendo y creciendo nos permite vivir con un sentido renovado de propósito y bienestar. Las personas que encuentran satisfacción en su vida cotidiana a menudo irradian una vitalidad que va más allá de cualquier norma estética.

Así que la próxima vez que te preguntes cómo debería verse una persona a cierta edad, recuerda que no hay una respuesta única.

 

 

 

Elaborado por Jazmín Camacho | Gerontóloga