Hablemos de sillas de baño
Y tu baño… ¿es seguro?
En México, miles de personas mayores sufren accidentes graves cada año en su propio baño.
Pero lo que más duele no son las fracturas… es que pudo evitarse con un objeto de menos de mil pesos: una silla de ducha.
Tener movilidad limitada no es un detalle pequeño: es un llamado urgente.
Personas con Parkinson, artrosis, sarcopenia, cansancio, problemas visuales o simplemente envejecimiento natural… necesitan apoyo para bañarse con dignidad y seguridad.
Y tú, ¿tienes silla de ducha en casa?
Porque si no, este blog te orientará y mostrará la importancia de contar con una.

La silla de ducha no es opcional: es salud pública
El baño es el espacio más peligroso del hogar para personas mayores. Más del 30% de las caídas suceden ahí (Secretaría de Salud, 2023). Y de esas, muchas terminan en fractura de cadera, cirugía, hospitalización o ingreso a una residencia permanente.
“El 40% de quienes sufren una fractura de cadera ya no vuelven a caminar igual nunca más” (IMSS, 2022).
Ahora, veamos la paradoja:
Una silla de baño cuesta desde los $700; mientras que una fractura puede costar $150,000 pesos o más en cirugía, hospital y cuidados postoperatorios.
¿Te das cuenta del abismo? Una inversión mínima puede marcar la diferencia entre independencia y dependencia total.
Además, organismos como la OMS, el INGER y el INAPAM ya reconocen oficialmente que adaptar el entorno con ayudas técnicas (como sillas de ducha) es clave para el envejecimiento saludable (OMS, 2022).

¿Quién la necesita? Más personas de las que imaginas
La mayoría cree que estas sillas son “para cuando ya están muy mal”.
Falso
Hay miles de personas funcionales que hoy necesitan este apoyo y no lo tienen.
Las señales de alerta son sutiles pero contundentes:
- Se siente inseguro al bañarse o evita hacerlo
- Usa bastón o andadera, aunque sea ocasionalmente
- Tiene diagnóstico de artritis, Parkinson o debilidad general
- Se fatiga de pie por más de 5 minutos
- Ha tenido una caída o resbalón en el último año
- Tiene miedo a bañarse solo/a
“Tener miedo a la ducha es perder calidad de vida. Tener una silla, es recuperarla.”
Además su uso reduce la ansiedad, miedo a caer, devuelve privacidad y protege la autoestima.
Bañarse solo, sin miedo ni ayuda, es una forma de conservar el control sobre la propia vida.
¿Cómo elegir una silla de ducha?
No todas las sillas de baño son iguales. Estas son las características clave que debes buscar:
✅ Patas antideslizantes
✅ Soporte mínimo de 120 kg
✅ Material inoxidable o aluminio
✅ Asiento con drenaje
✅ Opcional: respaldo, descansabrazos o ruedas (según necesidad)
Puedes encontrar modelos confiables en tiendas físicas y en línea, como:
- Amazon México
- Mercado Libre (verifica que sea Full y con reseñas)
Incluso algunos programas sociales del DIF y del gobierno local incluyen este tipo de ayudas técnicas si se solicita por parte del cuidador o paciente (Consulta INAPAM, 2024).
Recuerda: no es solo comprarla. Es aprender a usarla bien, fijarla con una alfombra antideslizante y revisar que quien la use sepa cómo moverse en ella sin riesgo.
No esperes a que una caída te obligue a tomar decisiones que pudiste anticipar.
Fuentes consultadas
- Organización Mundial de la Salud. (2022). Decade of Healthy Ageing 2021–2030. https://www.who.int
- Secretaría de Salud México. (2023). Estadísticas de caídas en personas mayores. https://www.gob.mx/salud
- Instituto Nacional de Geriatría. (2023). Entornos accesibles para la vejez. https://www.geriatria.salud.gob.mx
- INAPAM. (2024). Sistemas de cuidados y ayudas técnicas. https://www.gob.mx/inapam
- IMSS. (2022). Costos de fractura de cadera. https://www.imss.gob.mx