¿Cómo cuidar mis pies si tengo diabetes?
En la diabetes, cada parte del cuerpo cuenta, pero los pies… ¡Esos son un caso especial! Y a menudo olvidados, pero son uno de los puntos más vulnerables cuando convivimos con esta enfermedad. Un pequeño descuido puede traer grandes problemas, pero con el cuidado adecuado, podemos prevenir complicaciones y disfrutar de una vida activa. Hoy te invito a recorrer juntos los pasos clave para cuidar tus pies y detectar cualquier problema a tiempo.
¿Qué es la diabetes y por qué afecta tanto a los pies?
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la manera en que el cuerpo procesa el azúcar en la sangre. Si no se controla adecuadamente, puede causar daño en los nervios (neuropatía diabética) y en los vasos sanguíneos (enfermedad vascular periférica). Este daño reduce la sensibilidad en los pies y la capacidad de curación, convirtiendo a los pies en un punto de alto riesgo.
Factores de riesgo: ¿quiénes deben estar más atentos?
Si eres una persona mayor con diabetes, presta atención si:
- Tienes niveles de glucosa descontrolados.
- Has perdido sensibilidad en los pies (te quemas con agua caliente y no lo sientes).
- Has tenido heridas o úlceras en los pies anteriormente.
- Usas calzado inadecuado (estrecho, duro o con costuras internas).
- Fumas, ya que el cigarro afecta la circulación.
¿Por qué los pies son tan delicados? Al perder sensibilidad, podrías no notar pequeñas heridas, ampollas o incluso quemaduras. Además, con una circulación deficiente, esas lesiones tardan más en sanar, aumentando el riesgo de infecciones graves.
Medidas de cuidado:
Revisión diaria:
- Examina tus pies todos los días, de preferencia en un lugar bien iluminado.
- Busca heridas, ampollas, cambios de color, hinchazón o uñas encarnadas. Si no puedes revisar tus pies por ti mismo, pide ayuda a un familiar o usa un espejo.
Higiene adecuada:
- Lava tus pies con agua tibia (¡nunca caliente!) y jabón suave.
- Sécalos bien, especialmente entre los dedos, para evitar hongos.
- Aplica crema hidratante en los pies, pero no entre los dedos.
Cuidado de uñas:
- Corta tus uñas en línea recta y lima los bordes. Si tienes problemas para hacerlo, acude a un podólogo especializado.
Elección del calzado:
- Usa zapatos cómodos, de preferencia ortopédicos, que no aprieten ni tengan costuras internas.
- Antes de ponértelos, revisa que no tengan objetos o bordes que puedan lastimarte.
Otras medidas de cuidado
- Mantén controlada tu glucosa: Es la clave para evitar complicaciones.
- No camines descalzo: Ni en casa ni en la playa, para evitar heridas.
- Consulta periódica: Visita a un podólogo o médico especializado al menos una vez al año.
- Los calcetines adecuados pueden marcar la diferencia: Usa calcetines de algodón, sin costuras y que no te aprieten.
- La piel seca es más común en personas mayores con diabetes. Hidratación diaria es esencial.
- Un masaje suave en los pies, siempre que no haya heridas, puede mejorar la circulación.
Signos de alarma: ¡no los ignores!
Presta atención a:
- Heridas que no cicatrizan después de una semana.
- Piel roja, caliente o hinchada.
- Dolor o sensación de quemazón (aunque muchas veces no se siente nada).
- Cambios en el color de la piel (morado o negro puede ser grave).
- Mal olor o secreciones en las heridas.
¿Qué hacer si detectas un problema?
- No trates de curarlo en casa: Lava la zona con agua y jabón suave, cúbrela con una gasa limpia y acude a tu médico o podólogo lo antes posible.
- Evita remedios caseros: El uso de pomadas no indicadas puede empeorar la situación.
¡No dejes que un pequeño problema se convierta en algo grande!
Recuerda, tus pies te llevan a donde quieras ir, así que dales el cuidado que merecen. No subestimes una herida, por pequeña que parezca, y ante cualquier duda, consulta a tu médico.
Como dice el dicho: «Es mejor prevenir que lamentar». Y en el caso de los pies en personas diagnosticadas con diabetes, ¡esto no puede ser más cierto!
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